Manuscrito de Emiliano Benavides Rangel - Mónica Márquez

Manuscrito de Emiliano Benavides Rangel con las recetas de los licores Ron Caña, Ron Centenario, Cherry Brandy, Anís Río de Oro y Aguardiente Tayrona.
Emiliano, mi abuelo, guamalero y residenciado en Santa Marta desde comienzos del siglo XX, inventó estos licores y vendió las fórmulas al departamento del Magdalena para ser producidas en la Fábrica de Licores del Magdalena, donde se desempeñó como químico licorero durante toda su vida.
Lo recuerdo como un hombre bueno, trabajador, sabio, de pocas palabras que me enseñó el valor del silencio y la contemplación a través del disfrute de los atardeceres en la bahía de Santa Marta, cuando el sol cae junto al morro.

Tuvo nueve hijos con Carmen Bequis de Benavides, de los cuales sobreviven siete, un varón y seis mujeres, de quienes he escuchado que también hacía sabajón artesanalmente para las fiestas familiares.
Hombre prudente, conciliador y respetado en su tiempo, murió en vísperas de carnavales en 1992. Mi infancia está impregnada de sus enseñanzas, su cariño, las caminatas por el centro de Santa Marta, las visitas a sus parientes allí y las flores y los aromas a fermentos dulzones de la Industria Licorera del Magdalena a donde íbamos los sábados.

 

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